Las redes sociales favoritas de los usuarios este 2016 fueron las que regalaron al usuario espontaneidad, diversión, y la oportunidad de proyectar digitalmente que la vida es un poco mejor de lo que en realidad es.
El boom de Snapchat es, quizás, el suceso más relevante del 2016 en social media: tiene 400 millones de snaps diarios, 100 millones de usuarios activos al mes y sedujo a Facebook para ser adquirido por 300 millones de dólares… pero dentro de unos años, la red podría ser obsoleta si no llena las necesidades del momento presente.
Nadie lo puede asegurar. Tampoco se puede anticipar qué le va gustar a la gente en 2017, porque el ser humano es espontáneo. Las redes sociales son solo una extensión de esa condición.
La mayoría de las fotos que se convierten en meme no fueron pensadas para eso. Coincidieron con un momento, con un error, con un usuario que fue espontáneo.
Las redes sociales convirtieron también lo privado en público y lo superficial en relevante. ¿Cómo mantenerse vigente? No tengo la respuesta. Nadie la tiene. Pero sí podemos entrever que, en Centroamérica, estas tendencias han facilitado la popularidad en redes sociales este 2016:
“Mi vida es mejor que la de todos ustedes”
El éxito de Snapchat no es solo la autodestrucción de los mensajes en 24 horas. La constante necesidad de reflejar el momento presente, y la consolidación del ‘selfie’ –que popularizó hasta gadgets alrededor del fenómeno– multiplicaron el buen momento de esa red social.
Todos acudimos a las redes sociales por distintas motivaciones. Quienes lo hacen por un tema egocéntrico, de pensar que un selfie es relevante para una mega-audiencia, pueden saciar en Snapchat su sed de vanidad. Triunfarán quienes lo transmitan con autenticidad.
El meme, el gif y el video chistoso
Uno de los principales usos de Facebook desde que inició ha sido compartir contenido relevante, es decir, alimentar la necesidad de información del usuario. Y lo sigue haciendo, incluso con soluciones más innovadoras como Facebook Instant, o las aplicaciones para Branded Content.
Pero en este 2016 se ha hecho más latente el factor de entretener. Una masa importante de contenidos se ha dedicado al lado jocoso de la noticia, de la tragedia, de la cotidianeidad. Los medios ya lo adoptaron (“Ya están aquí los memes de…”) y las marcas también. Han aprovechado momentos de viralidad para posicionar un mensaje y para fortalecer su engagement. Y es una práctica sumamente válida. Los gifs fueron vitales en esta causa.
“Lo quiero ya, y si no queda rastro, mejor”
El 2016 también es el año del contenido efímero. El usuario encontró sumamente atractivo una red social donde no quede historial y permitiera contar historias a diario de temas poco trascendentes, sin tener a conocidos ni familiares acechando lo publicado. Whatsapp, Telegram y Line también certifican el poder multiplicador de la mensajería instantánea.
Ganaron por inmediatez también las redes que implementaron el video en vivo: YouTube Live, Periscope y Facebook Live.
Geolocalización cada vez más social
Las aplicaciones de geolocalización como Waze, Google Maps y la menos relevante Foursquare, vinieron a llenar una necesidad indispensable para el ciudadano, al ubicar locaciones importantes en su vida.
Pero el éxito de una aplicación como Tinder, se basa en combinar esa necesidad geográfica con un tema fundamental en el ser humano: la oportunidad de dejar la soledad y encontrar pareja. Podemos ver más ejemplos compuestos de geolocalización como este en los próximos años.
Las redes sociales son plataformas para contar historias. Se diferencian en el tipo de contenido que permiten transmitir, y la audiencia a la que te permiten llegar.
Como un mensaje autodestructivo de la “red del fantasmita” su éxito también es efímero, y nada garantiza que su ciclo de vida no se cierre cada vez que inicia un año.
Las fórmulas de la popularidad en las redes que son y las que serán, se escribirán espontáneamente. Y tenemos que aceptar esa realidad. Nada está escrito en piedra.